CASO Nº2 .Discriminación en las aulas
La Universidad de Granada tiene gran tradición entre los estudiantes de los países del Magreb y Oriente Próximo. Mi familia nos hace estudiar en Granada en vez de en El Cairo, Rabat o Fez. Ahora debemos replantearnos si seguir con la tradición de estudiar en Granada o irnos a otros lugares donde se respete el derecho a ser diferentes a los árabes, negros y orientales.
No podemos generalizar, pero hay una minoría de profesores que echan a perder unas relaciones de hermandad que durante decenios han sido ejemplares.
Estudio farmacia, y tanto yo como otras compañeras y compañeros de otras facultades notamos en un sector del profesorado cierta xenofobia. Parece mentira que luego presuman de progresistas y critiquen el apartheid.
A las chicas árabes se nos puede suspender, como se suspende a las españolas. Pero no se nos puede vejar de palabra, como tampoco se debe hacer con nadie.
Frases como "qué hartera moros" no son dignas de unos profesores que representan a una universidad que siempre ha sido tolerante y amada.